sábado, 20 de septiembre de 2008

LA OPERA SIDNEY HOUSE 1956-1973






ANALISIS DE FORMA, DISEÑO Y CONSTRUCCION

LA OPERA SIDNEY HOUSE 1956-1973







Descripción del edificio


La Opera House esta construida sobre una pequeña

península del lado sur de la bahía de Sydney. En una

zona de parques de la ciudad, donde se levantan

edificios de oficinas. El proyecto, que ganó el primer

premio del concurso internacional, es un ejemplo de

edificio emblemático puesto que ha llegado a

constituirse en la señal de identidad de todo un país.

Su peculiar perfil ha servido de logotipo para las

campañas turísticas promocionales de Sydney e

incluso para los juegos olímpicos.


La construcción consta de dos elementos

claramente diferenciados. Una base maciza y

unas cubiertas sobre ella de aspecto ligero. La

primera es, de hecho, el edificio propiamente

dicho y distribuye todos los espacios de servicio:

camerinos, salas de ensayo, almacenes, oficinas

y biblioteca. Está concebido como un zócalo para

la cubierta superior, pero también se ha

interpretado como una gran meseta elevada

sobre la que se “sirve” el espectácu

lo, y su plano superior, completamente horizontal, só

lo se rompe para conformar las gradas del público de

las dos salas –una para ópera y otra para

conciertos- y para permitir el acceso puntual

desde debajo por escaleras. Esta explanada superior se dobla a la calle en forma de gran escalinata, en toda su anchura. Todo el edificio zocalo es anguloso y recubierto de piedra

oscura, con lo que se da una. imagen de solidez

tectónica. Incluso las aberturas practicadas

parecen haber sido hechas después de construir las fachadas, de manera que la misma piedra se

levanta formando una visera a la ventana.





El dibujo que se presentó en el concurso en 1957, donde se representa la planta de esta gran explanada, expresa la cualidad masiva y só

lida con el recurso del

trazado de sombras.

La otra parte del edificio, la cubierta,

consiste

en una serie de conchas

triangulares apoyadas en un vértice y abiertas hacia arriba como retando a la

estabilidad. Estas conchas cubren los tres espacios de concurrencia pública: el teatro

de ópera, el auditorio para conciertos y el restaurante. Cada una de las s

alas se cubre

con cuatro parejas de valvas y el restaurante con dos parejas.


Vista de pájaro.

El planteamiento plástico de estas cubiertas responde a criterios opuestos a los

de la parte inferior: se trata de superficies curvas, blancas,

brillantes y que representan

una idea de fragmentación cont

raria a la idea unitaria del zócalo. Estas ideas directoras del edificio eran muy claras desde la presentación del proyecto al concurso hasta el final de la obra. Durante la ejecución material fue muy difícil para Utzon mantener la fidelidad a

ellas por parte de todos los agentes implicados en el proceso.

La necesidad de trabajar con formas calculables y que se pudieran construir por piezas no se ajustaba

fácilmente a una forma salida del gesto y de la imaginación.

Planta cubierta con sombras.



Interior de los espacios de circulación cerrados por las grandes cristaleras. Maqueta de la sección del edificio.


Los espacios cubiertos por las conchas blancas, se cierran con unos muros acristalados que tienen una estructura autónoma. El diseño de estas cristaleras mantiene la idea de caparazones libres de la cubierta, con lo que no se pierde el dinamismo buscado y la visión desde el interior permite entender la envergadura de estos caparazones y sus límites. Las salas de conciertos y el teatro de ópera tienen una cubierta propia, independiente y su diseño se ajusta a los requerimientos acústicos y visuales que

necesitan estas actividades. El modelo fotografiado muestra este doble recubrimiento del edificio.


La forma de la cubierta


La cubierta, que en el proyecto presentado a concurso estaba formada por unas formas libres poco definidas geométricamente, dio mucho trabajo, por varios motivos, a los equipos redactores del proyecto ejecutivo. El primero fue la falta de definición geométrica de las formas de las conchas; pero, sobretodo, hubo que hacer frente a algo que no se había tenido muy presente: el tamaño. La dimensión de estas cubiertas requería un control de la forma que permitiera un proceso constructivo de prefabricación y una importante movilización de sistemas auxiliares para el montaje en obra.


Hizo falta un gran despliegue de medios para la construcción.


A todo esto hubo que añadir las prisas que la coyuntura política provocaría: la necesidad de empezar la construcción material antes de tener el proyecto definido obligaría, más adelante, a derribar parte de los cimientos una vez que se concretó el diseño definitivo, con el consiguiente encarecimiento de la obra.


Versiones sucesivas de la solución de formas par

a la cubierta.

El largo proceso de definición de la forma de la cubierta se puede seguir de una manera esquemática con la serie de dibujos sucesivos del alzado. Pero estos dibujos no reflejan la gran cantidad de trabajo que hay detrás puesto que para cada versión se hicieron pruebas sobre grandes modelos a escala y se

redactaron los planos de todo el edificio.


En un primer momento del diseño, las valvas se plantearon como arcos parabólicos, pero esta geometría, en principio adecuada para una buena estabilidad, complicaba mucho los cálculos. La forma fue cambiando y Utzon comprendía que la figura geométrica sería el camino de la solución ya que la posibilidad de trabajar conecuaciones matemáticas sencillas simplificaría el trabajo del equipo de Ove Arup.

Finalmente, casi seis años después del concurso, se decidió trabajar con formas esféricas. Esta decisión significó un punto de inflexión y puso al numeroso equipo de ingenieros en el camino de la solución.



Este dibujo reproduce la portada del .Libro Amarillo (Yellow Book) que recoge todos los documentos referentes a la ejecución de las

cubiertas. Aquí se han destacado las líneas correspondientes a la concha mayor. La línea que define cada costilla es una geodésica.


Dibujos descriptivos de la geometría de las cubiertas, donde se evidencia que todas las conchas son porciones de esfera de igual radio.

A la izquierda el alzado de las esferas y las porciones que corresponden a las conchas y a la derecha las conchas de las cuatro

porciones y sus simétricas en una axonometría.


La forma esférica representó la síntesis entre la ecuación simple y la libertad compositiva. La esfera es la superficie curva tridimensional más sencilla de controlar geométricamente, su curvatura es uniforme en todos sus puntos y la combinación de fragmentos puede ser muy rica en posibilidades. El planteamiento estructural de las cubiertas consistía en unas vigas en abanico, apoyadas en un punto y abiertas en la cumbrera y su trazado sería el de los meridianos de la esfera, con lo que esta línea que las define tendría para todas las vigas el mismo radio: 460 pies.


La simplificación aún sería mayor por otra decisión: todas las valvas serían fragmentos de una misma esfera de 246 pies (unos 75 metros) de radio. Con esto se reduciría la casuística de los detalles y de los problemas de construcción. Es decir que todas las vigas de la obra podrían ser porciones, más o menos largas, de una misma viga y los encofrados se podrían reutilizar muchas veces. Basta saber que las 1498 piezas que forman las vigas del intradós se formaron con 12 encofrados distintos. Esto sólo fue posible por la geometría de la forma.


Despiece de los fragmentos de las costillas. Piezas de madera con las que Utzon explicaba su última propuesta.


El diseño de partida de toda esta cubierta, nacido del deseo y la decisión personal de Jørn Utzon, proponía una colocación de las cáscaras en una posición poco estable. Esto explica que el canto de las piezas de hormigón no fuera todo lo esbelto que cabía esperar en esa época. Este fue un punto de crítica por parte de los detractores: la primacía de la idea compositiva por encima de los requerimientos de

estabilidad2. Sin embargo hay que reconocer que no hubo falta de rigor ni de esfuerzo por parte del equipo redactor del proyecto, y da muestra de ello la cantidad de modelos a escala 1:60, de modelos parciales, de estudios detallados y de consultas con los equipos de ingenieros. En cambio, es justo reconocer que el tesón de Utzon y su firme convicción en la bondad de su propuesta no desviaron la obra a soluciones de compromiso de menos interés arquitectónico.




BIBLIOGRAFIA


"CONTROL GRAFICO DE FORMAS Y SUPERFICIES DE TRANCISION", EDITORIAL LIMUSA, PAG. 118-169


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